sábado, 29 de outubro de 2016

La doble jornada y sus consecuencias para las mujeres


Por Bibiana Vilas

¿Cuánto vale el bienestar? En lugar de dar la bienvenida al crecimiento por el crecimiento, debemos calcular su coste total, incluidos los costes ecológicos y sociales. (SUSAN GEORGE)

Empiezo así mi exposición sobre el tema que propongo porque creo que es una frase que incita al análisis del precio que tienen que pagar las mujeres por la lucha de la ansiada e incuestionable igualdad.

Revisando los datos que recoge el departamento de estadísticas del Instituto de la Mujer años, en cuanto a los contratos según duración y tipo de jornada en los últimos quince años, se evidencia las diferencias entre mujeres y hombres


Si reflexionamos sobre la desigual situación entre hombres y mujeres en el marco laboral podríamos encontrar las causas en la conciliación de la vida laboral y familiar, el hecho de que las labores domésticas constituyan la mayor parte del trabajo invisible desarrollado por las mujeres. Y así lo constatan los estudios y encuestas sobre los usos del tiempo que desde el año 1993 realiza El Instituto de la Mujer . En los últimos años esta brecha va disminuyendo aunque la diferencia aún es de 2 horas y 15 minutos diarias más para las mujeres.




El feminismo comenzó a debatir sobre el trabajo doméstico en los años setenta. En aquel momento, se analizaba en relación al trabajo remunerado. Este último era la actividad que tenía valor y reconocimiento social, tanto, que se identificaba trabajo con empleo. 


Siguiendo el camino hacia la igualdad, uno de los puntos clave era conseguir la independencia económica, algo que el trabajo doméstico que realizaban diariamente no les proporcionaban, de ahí que hacia los años 1975-1980 las mujeres empezaran a ser cada vez más visibles en empresas, estaban accediendo al mercado laboral pero los varones no compartían las tareas domésticas. Las mujeres vivían con tensión la doble jornada —trabajar en la casa y fuera de ella—, y también la doble presencia —estar y no estar simultáneamente en ambos espacios—. Así se confirmaba la idea que denunciaban las feministas años atrás, <<las actividades realizadas en el hogar tienen un valor que la sociedad capitalista patriarcal desde siempre había ignorado.>>

Buscando una utópica y falsa solución el patriarcado lanza otra de las máximas económicas «Hay que superar el reino de la necesidad para conquistar el reino de la libertad.» Idea falsa e irreal donde las haya ya que las diferentes necesidades son parte de la naturaleza humana y hay que satisfacerlas continuamente. Por tanto, sólo es posible  delegarlas, no eliminarlas. La libertad que conquistan los varones es a cuenta de que las mujeres se responsabilicen de atender esas necesidades.

Un aspecto esencial en todo esto : los cuidados, el bienestar humano, no son un problema ni una obligación de las mujeres sino un problema y una cuestión social. El aspecto esencial es la corresponsabilidad entre hombres y mujeres.

Pero esto que parece tan lógico, natural y de fácil comprensión no se cumple, porque en un porcentaje muy elevado son las mujeres las que tienen que buscar la solución a su falta de presencia en el hogar, organizándose para delegar en alguien (por general una mujer) que realice las tareas del hogar, u pedir a las abuelas que cuiden a sus niet@s, asumiendo una carga de trabajo que en muchas ocasiones son una continuidad del trabajo doméstico que han estado haciendo desde niñas.

Actualmente las políticas públicas inciden en  la conciliación familiar y laboral y también proponen reinvindicar el valor del trabajo doméstico y el cuidado de la familia, ya que nadie debería dudar que es una actividad social, proveedora de bienestar y que no puede ser eliminada. No obstante, ante la falta de compromiso por el cumplimiento de estas políticas, la solución sería hacer la vida más humana y que la conciliación sea real para todas y para todos.

Este ejercicio de análisis solo se entienden adoptando una perspectiva de género en el análisis de las cifras sobre el uso de los tiempos en mujeres y hombres (doble y triple jornada de las mujeres resultante de las dos jornadas que tiene que asumir (de trabajo remunerado y no remunerado) Es la combinación del trabajo productivo, doméstico y familiar de forma cotidiana. Este sobre esfuerzo que tienen que padecer las mujeres, no solo afecta a las condiciones laborales y situación de desigualdad en el marco laboral, con respecto a los hombres, sino que también tiene consecuencias para su salud y el bienestar y equilibrio familiar.

Es de vital importancia que l@s niñ@s, futur@s hombres y mujeres, se sensibilicen y puedan ser educados y vivir en una sociedad de igualdad entre mujeres y hombres para que esta situación no se siga perpetuando en el tiempo en nuestras sociedades.



Para más información:






Ningún comentario:

Publicar un comentario